Si luego de haberlo analizarlo un tiempo, te decides por vender tu propiedad, te recomendamos tener en cuenta los siguientes consejos:
1) Repara. Toma lápiz y papel y recorre tu casa imaginando que quieres comprarla. Anota todos los desperfectos que veas, contacta a tu maestro de confianza y arréglalos. Los compradores valorarán aquello siendo probable que se reembolsen los gastos con creces. Se recomienda pintar la propiedad si lo amerita, de colores neutros como el blanco para entregar luminosidad y limpieza al lugar.
2) Limpia. Remueve el sarro en las griferías y artefactos. Desengrasa todas las superficies, en especial la encimera y su alrededor. Moderniza el fragüe aplicando uno nuevo entre las cerámicas y lava la alfombra si es necesario. Transforma tu hogar en un ambiente limpio de suelo a cielo. Es probable que los interesados examinen hasta el último rincón de tu propiedad. Asegúrate de tenerlos limpios.
3) Ordena. Busca en tu hogar que cada cosa tenga su lugar, evitando el desorden. Retira los excesos de objetos de las mesas, del mesón de la cocina y del vanitorio . A los interesados no les interesa ver tu cepillo ni tu desodorante en su visita. Ellos quieren verse en el lugar, sentir cómo vivirán en esos espacios. Por eso que, entre menos personalizada esté tu propiedad, mejor. Eso permite proyectar un espacio propio a quien va a comprarla.
Cuando se trata de comprar una propiedad, el vendedor analizará minuciosamente cada rincón de tu propiedad. Son los pequeños detalles, que al momento de la venta van a marcar la diferencia en la venta de tu propiedad, viéndose beneficiada en el tiempo y precio de venta.
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